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A CUENTOS POR COLOMBIA

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LA AMABILIDAD COLOMBIANA:

Es proverbial (o sea, de proverbio) y ya famosa la amabilidad y el don de gentes de los colombianos: cualquier persona, antes de decirte algo se disculpa, te sonríe y entonces te habla. La sonrisa es hermosa, todos (TODOS) tienen unos dientes perfectos, inmensos, iguales, hermosos, (me dan envidia!), prácticamente sin distinguir clases.

Absolutamente siempre te dan las gracias, responden a tus agradecimientos con sus “de nada” o “a la orden”. Cualquier encontronazo en la calle es seguido de un “disculpe”, de un dejarte pasar primero... Excepto, of course, los conductores entre ellos, fieras feroces en cortés combate, en el que lo cortés no quita lo combate... La cosa es meter morro en el caótico devenir de coches y coches, sin respetar líneas pintadas, rotondas, prioridad de paso.. y pasar primero. Pero no se enfadan entre ellos, estilo italiano o argentino... o internacional, vaya. Concentrados y serios, aceptan los avances inadecuados del otro, esperando poder ellos la misma maniobra. Sin rencor. Sin odio. Con eficiencia destructora. No me los quiero ni imaginar como pilotos de bombarderos.

Hay otras frases típicas que nos dan pautas diferentes a las nuestras como por ejemplo, el “me regala”: “¿Me regala su documento, su teléfono, su billete...?” En los bares, los clientes piden: “¿Me regala una cocacola?” Luego, por supuesto, la pagan... Es su forma de pedir. Esta costumbre bromífila (bromofilia: afección por las bromas... ¡Es que todo hay que explicároslo!) les acarrea los lógicos enfados de los camareros y bármanes de España (Bármanes: españolización corregida por el Sr. Windows de la expresión anglófona “barmen”, que significa camarero) que no tienen intención de ser tan generosos. Y cuando quieren ofrecerte alguna cosa, viene el insinuante: “¿Le provoca un tinto?”. Y recordemos que un tinto es un café, y un tintero uno que vende cafés por la calle.

Un caso que nos llama la atención: subimos a un bus suburbano-rural, al pie del cual hay un “captador”, un viejecito (aparenta mas de 70, y es delgadito y menudo) que va averiguando a los gritos quién va para Arjona e intenta alzar las maletas de los pasajeros hasta el bus, por si alguien le da una propinita.

Sube un pasajero con pinta de campesino, sombrero, una bolsa de tela, ya mayor y con aspecto de ser “un hombre de pueblo” y, antes de partir, se dirige al conductor exactamente así: “Perdone, amigo, pero le hablo con la intención de iniciar un diálogo. No se lo tome a mal. Pero todos tenemos un espacio propio, individual, y este señor que se mete con uno, es como que viola ese espacio, la gente se siente invadida. Usted, como jefe que es de este bus: ¿no cree que debería impedir que moleste asi a los pasajeros?” (Juro, palabra más, palabra menos, que este fue su discurso). El conductor, hombretón con pinta y bigote de asesino mejicano, le responde: “Le agradezco su comentario, amigo, le agradezco de verdad porque está bien que haga notar estas cosas, y le doy la razón. No debería permitirlo... Pero tiene que pensar que el pobre hombre debe estar haciendo esto porque lo necesita... y... claro...” Sube más gente y el diálogo queda en el aire y no lo vuelven a reanudar...

(***) Siguiendo con la amabilidad, constantemente te invitan a pasar a las tiendas, locales y restaurantes o cualquier otro tipo de negocios: Pequeñas boutiques, casas de regalos, cafés, restaurantes, zapaterías, tiendas de ropa, etc, tienen en la calle a sus propietarios diciéndote: “buenas tardes, adelante, pasen sin compromiso” o, en la mayoría de las veces, profesionales de la captación clienteril, persiguiéndote con el menú en la mano para invitarte a entrar a los restaurantes, “regalándote” tarjetitas que acumulas inevitablemente para que pases a ver sus museos de esmeraldas y de oro (joyas bellísimas, pero caras), o a ver sus bolsos o artesanías, o probar su café, o, como caso extremo, a subir a su autobús (en todos los autobuses, anunciando el recorrido e incitándote a subir, preguntándote a donde vas, para ver si te pueden ser útiles (Plaza Bolívar, Mercado, Getsemaní!! ¡¡Suba, suba!!) e invitándonos a subir con tanta pasión y convicción como si nos estuviera ofreciendo un paseo por Disneylandia.
En las calles comerciales, en las tiendas de ropa, un Sr con un micrófono agitando el clima sonoro e incitando: “Pasen pasen, vean, tenemos brassiers de todas las medidas!”. En la tienda de enfrente, vendiendo lo mismo, otro señor. Se hacen guiños y se dejan terminar de hablar para tomar el hilo del discurso. Competencia leal.

Por cierto, hay maniquíes increíbles. con unos senos enormes, grandísimos, que desde luego responden a algún prototipo genético de las costeñas, lo que le hacen decir a Maribel, con un ligero tinte de envidia: “me gustaría preguntarles que les dan de comer de pequeñas”, a lo que yo le respondo con toda sinceridad que no tiene nada que envidiarles, y que, aunque fuera así, lo importante es la personalidad. Y la realidad es que, en general, la realidad de las señoritas costeñas se acerca bastante (a veces) a las dimensiones del maniquí.


En las vidrieras de las tiendas de Cartagena, estos maniquíes alternan con otros menos “senudos”, más cercanos a la "talla hispana". Pero también llaman la atención algunos masculinos. Tienen un ancho de hombros cuyo poderío no igualaría en mismísimo supermán. Las camisas que les ponen estiran sus botones hasta el peligro inminente de que el botón salga disparado convertido en letal proyectil. Si respiraran, reventaban.

Vimos, pero no llegamos a fotografiar, porque le pusieron un camisón que ocultaba sus formas, un maniquí con la forma correcta de las señoras negras de cierta edad, con unas nalgas inmensas y unos senos enormes... El excacto prototipo de la Venus de Willendorf. Primero nos sorprende, pues un no está habituado a estas figuras como "ejemplo" para mostrar la ropa. Pero luego lo repiensas y te dices: En genial. Genial que en lugar de poner solamente “figuras tipo”, para incitarnos a parecernos a ellas, nos pongan figuras reales, para que veamos como nos quedará la ropa, que se supone es la función esencial de los maniquíes. que no debería ser ver cuán bello se puede ver un vestido en un cuerpo maravilloso, sino cómo puede llegar a quedarnos a nosotros.

Como nos engripamos los dos, poco mas puedo contar de estos dos dias en esta ciudad: el sábado a las 14 hs, nos pasa a buscar el taxi “puerta a puerta” que hace el servicio entre Cartagena y Barranquilla. Imaginaba yo un taxi “normal”... Es una furgoneta con capacidad para diez personas apretadas, con nueve personas ya pre-apretadas en su interior, nos insertamos nosotros dos, las maletas, la guitarra y partimos raudos (es un decir) para la cuarta ciudad mas importante de Colombia.




DE ESCUELITAS Y PATATAS

ACTUACIONES EN MUNICIPIOS: 
Tras estas palabras en las bitácoras de actuaciones del Festival, se esconden unas de las mas bellísimas experiencias de estos viajes, y una de las razones ocultas por las que me fascina venir a este país.

Son viajes a las escuelitas de poblaciones muy alejadas, muchas veces pobrísimas, otras no tanto y en las que somos recibidos con inmenso entusiasmo e interés por parte de los alumnos. Yo debuto en el Bachillerato de Suan, en la escuela frente a la plaza. Luego comemos en un restaurante con techo de paja al lado de la carretera y con aceras de tierra la sopa de pescado y el pescado mas exquisitos que hemos probado en nuestras vidas, tanto los restaurantes de lujo que, por azar o invitación, hemos frecuentado en París o Barcelona o toda la Europa junta. Pescado de río asado y sopa llena de vida. La primera patata hervida que probé, sin muchas ganas, me dejó alucinado: no recordaba que las patatas (papas) tenían ese sabor. O que tenían sabor. Una experiencia mística y que te da otra visión de la vida. 
Y pienso. 
Y digo, irritado...
Tiene razón Evo Morales, estúpidos eurocéntricos que os reíais de sus palabras
El "indiecito ignorante", que debe provocar en los superiores blancos europeos una risita de conmiseración, porque trata de estar a la altura de los demás, pero , desde luego, con su educación de indio pobre... "Es que se le nota". "Mira lo que ha dicho..."  
En fin. Es insultante el racismo manifiestamente oculto que subyace detrás de nuestra soberbia. 

Estamos mas calvos, gordos y subalimentados porque nuestro alimento no tiene la fuerza de la tierra, la vitalidad del aire: tienen vitaminitas artificiales y matainsectos. Y ahora nos los van a modificar genéticamente... Dejen de reírse del “indiecito”, como hace quinientos años vienen haciendo, como se reían los diputados del PP del “cantautor” Labordeta, para denigrar la seriedad del otro y reducirlo a la nada.

Europeítos: ¿Os sentís superiores?...  ¡Vengan a Colombia y hiérvanse una patata, imbéciles!

Llegué a mi primera escuelita con la intención de cantar la canción “La Risa de Maribel” y hacer “Oceamía” , ambas composiciones ateas y peleadoras. Vengo de la tradición voltariana europea y quiero dejar dudas en los niños. Averiguo si no es religioso el colegio y Manu, director del Festival que nos ha acompañado hasta aquí, me dice que no.
Pero, antes de comenzar, sube el escenario la Directora y suelta un sermón a los niños, les hace rezar el Padrenuestro, para “Agradecer a Dios por la Presencia de Sergio Dantí”. No creo que dios estuviera demasiado contento de que este evidente ateo le erosionara terreno ya conquistado, y me imagino que se habrá sorprendido desagradablemente. (Espero que no acabe castigando a la tan bien intencionada y agradecedora señora Directora, amabilísima y muy buena gente). Y yo también me sorprendí. No hice todo lo que pensaba hacer en el espectáculo, pues me pareció que sería una provocación en ese momento, cantar que “Maribel rió en el viento que Dios ya no existe más...!” que es como termina la canción.

De todas maneras, apenas terminé mi inocente actuación, muy aplaudida, un grupito de niñas se me acerca y me pregunta con infinita educación “¿En qué cree usted?” Soy ateo, les contesto. Y ellas se miran entre sí, como corroborando ¿has visto que yo te lo decía?.. Tenemos una charla muy correcta y educada e interesante con estas cinco niñas, de unos 13 o 14 años, en un intercambio de ideas, y en el que su curiosidad era saber en qué creía yo, pues les parecía imposible que alguien no creyera en “nada”. Finalizan diciendo con mucha convicción y afán salvador, que “están seguras” de que en el fondo yo quiero creer en “algo”. Les digo que ya creo en muchas cosas, pero que siempre las considero hipótesis que me ayudan a explicar el mundo, y que están sujetas a ser desplazadas por otras, en cuanto se pueda demostrar que han sido superadas. Y que eso me hace ser más amplio y, sobretodo, que mis hipótesis no son tan susceptibles de ser manipuladas como su fe. Así, con gran cariño, nos despedimos, no sin antes haberles firmado algún autógrafo (“Tengo la firma de un ateo!!”, habrán dicho a sus compañeras).

LLEGAMOS A...

BARRANQUILLA!


Viajamos tratando de escondernos de los chorros de aire helado, agudo y acerado, que sueltan los conductos de ventilación del coche. Como somos ya doce (un pasajero mas se subió a último momento) no protestamos demasiado pues preferimos no imaginar que pasaría si no hubiera ese gélido aire circulando. Maribel se envuelve en su chaqueta y yo trato de respirar dentro del cuello de mi camisa, y así viajamos. Diversos controles militares (Policía, Ejèrcito, Marina) por los que pasamos bien y el paisaje maravilloso, que en algun momento transforma su sabana fértil en un monte boscoso y durante algunos quilómetros, misteriosamente, en una zona seca y con altísimos cactus de aquellos de los desiertos de AriZona (zona árida, of course). Debe tener que ver con el suelo, que es volcánico... Vaya uno a saber.

Nos acercamos a la ciudad, al tráfico y a sus calles, a prueba de torrentes acuosos, o sea, con aceras altas, muy altas, con murillos (¿No sabían que Murillo es un muro pequeñito? ¡Vaya pintor que nos ha quedado a los españoles: "Paredcita!") de diseño “aquostático”, pues están para desviar los torrentes inmensos y terroríficos que bajan por las calles de Barranquilla cuando llueve. Y como ya dije, llueve -en esta época-, al menos una vez al día, y algunas veces es una lluvia realmente torrencial: en media hora puede caer lo que llueve en Almería en todo un año. El agua baja, “cantarina” hacia el río Magdalena, en una tromba impresionante, que en algunos lugares alcanza el medio metro de altura, aunque en general, no pasa los 20 cms, bajando a unos 40 kms/h. Ha llegado a dejar autobuses navegando en el río... No entiendo como es que la ciudad no se ve mucho mas limpia, con estos “enjuagues” periódicos.

HOTEL "EL PRADO"

Tras los fiascos con el Hotel en Cartagena, y contando que en éste nos teníamos que quedar, porque era el del Festival, yo ansiaba que fuera el mismo en el que estuvimos la ultima vez, que era bastante bonito, con piscina, etc, etc... Pues no.

 Es el Hotel El Prado. Lo mas aristocrático que he visto en Hoteles, lujo, dos hectáreas de Hotel en plena ciudad, construido en 1927, lleno de palmeras y jardines, de personal atentísimo... algo así como podría haber sido el “San Felipe” de Cartagena pero mimado y cuidado con esmero. Hermoso. De otra época. Señorial. De película de Hollywood.

Ascensor con puertas doradas y ascensorista. No puedes viajar solo: el boton de llamada del ascensor es un timbre tiernamente estridente, que hace acudir presuroso y alegre al conductor de tan vertical vehículo. Uno de ellos nos comenta, orgulloso, que hace 25 años que está trabajando en esto. Hay que re-valorar nuestros juicios acerca de la felicidad que nos puede proporcionar un trabajo: para millones de personas es algo salvador, providencial y que les asegura una vida feliz en su medio. Para otras (como yo frecuentemente) imaginar una tarea rutinaria y quasi inútil (podrían poner botones y la gente ir sola, como en todos los restantes ascensores del mundo), es algo frustrante. Cada uno tiene su nivel de aspiraciones y su felicidad es estar en donde se imaginó alguna vez.                        
Los larguísssssimos corredores alicatados con baldosas blancas y negras, son perfectos, con las palmeras asomando entre los arcos. Lo único especial es el ruido: es otra visión del trópico caribeño: en cada habitación hay un acondicionador de aire de esos que atraviesan la pared: vas caminando por la noche y el ruido de los acondicionadores te hace sentir como si el hotel entero fuera un gigantesco avión a punto de alzar vuelo. Misteriosamente, cada vez que llueve, las galerías se llenan de goteras y de esforzados trabajadores secando los suelos y las bases de las columnas de madera: no hay que ser muy perspicaz para, viéndolo desde los pisos altos, darse cuenta de que no hay tejas que hagan la “costura” de las intersecciones de los tejados. Por allí, entra el agua, pudre las maderas y moja a todos... Misteriosamente, no se arregla. En el restaurante, cada desayuno es una lucha con mi raciocinio, pues ponen la fruta cortada en tres grandes fuentes ovaladas (melón, sandía y papaya), tapadas con cubrecomidas de plástico... redondas, con lo cual, por ambos extremos de la fuente entran miles de mosquitas que quedan aprisionadas en la campanita de plástico transparente y allí hacen su fiesta o se angustian, mientras el huésped de tan selecto hotel, tiene que irlas liberando cada vez que levanta la tapa. Informé a los camareros de la tontería, y a los dos días, aparecieron las frutas en los mismos recipientes con las mismas tapas, pero esta vez cubiertas con una película de rollo plástico de cocina. Resultado: lo mismo. La gente aparta el plástico y las mosquitas aparecen igual, solo que esta vez quedan, además, atrapadas seriamente bajo la película plástica, además de bajo la campana inservible. No parece entrar en el cerebro de la encargada del local que las tapas de los recipientes deben tener la misma forma que éstos. Su nivel de inteligencia se me aclaró cuando el dia en que nos íbamos, me quiso cobrar el triple un jugo de frutas. Al hacerle ver su error, lo enmendó con una excusa falsa y sin lógica aritmetica. Una vergüenza para ese hotel.

Decenas y decenas de empleados, todos amabilísimos, todo está constantemente siendo limpiado,  ordenado, barrido. Rodeado de jardines (“Paso exclusivo para los clientes del Hotel”). La piscina es perfecta, uno se imagina a Esther Williams con su “troupe” de chicas nadando solitarias (es un decir) para olvidar alguna pena de amor que Clark Gable les hubiera dejado (a todas) o verse aparecer la orquesta de Xavier Cugat tocando en el kiosco central. Una experiencia maravillosa, que me permite nadar con sol, con lluvia, panza arriba y mirando el cielo y las palmeras.

Para no dejar las críticas, el Hotel sigue siendo perfecto PERO dejando aparte el cuadro de la habitación, una inmensa boca de negro/a abierta en violentísimos colores rojos y azules, llena de dientes y con una lengua monstruosa que salía de allí... y puesta en la cabecera de la cama. Casi peor que tener uno de esos instrumentos de tortura de los antiguos romanos, con un hombre agonizando, para que no olvidemos quela vida es horrorosa (los sangrantes crucifijos que presiden aún algunos lechos y comedores)

Pedí que lo cambiaran y, por lo menos, se lo llevaron. Nos dejaron sin cuadro, pero pudimos dormir tranquilos.

CARTAGENA DE INDIAS I

Dentro del caos que es la salida del aeropuerto, nos organizan muy bien para el servicio de taxis, dándonos un papel impreso con el importe que se debe pagar al taxista, calculado por una oficina instalada ad-hoc. Nos sentamos en el taxi con gran tranquilidad, entonces... Primer contacto con el aire inmensamente húmedo y caliente y también con el aire acondicionado congelado. Así se gestan las infectoinflamaciones rinofaringíticas, primero de Maribel, luego mías y luego otra vez de ella, porque los virus se la pasan aburriéndose de estar en uno y se vuelven al otro para recordar viejos tiempos y dejarnos deshechos.

Llegamos al primer hotel que teníamos reservado, un edificio de los años 20, con grandes pasillos techos altos, columnas... pero absolutamente descuidado, desangelado, sin ni una planta, con el aparato de aire acondicionado mal inserto en un hueco de la pared y los huecos que deja taponados con papel higiénico. La luz de lectura es un fluorescente en el techo, no hay mesilla de luz, el baño está infimamente aprovisionado...

Eso si, todo esto se compensa con las vistas desde nuestra ventana…



Es el mismo en el que estuve en el 2007, y siguen sin agua caliente (aunque sigue siendo absolutamente prescindible, dado que el agua “fría” sale a 37-38 grados), esta vez había una flor en el caño de la ducha y una cortinita “cortina”, como decimos los argentinos, o sea corta, que no evita en absoluto que por los 20 cms de espacio que deja hasta el suelo, salpique toda el agua que riega el resto del baño. El “armario” está construido con gran cuidado y unas tablas reacondicionadas de cajones, con un palo de escoba para colgar las perchas de alambre.



En algún momento, hace años, alguien lo unificó todo pintándolo con una pintura “marrón madera”, de la cual aún se adivinan restos dispuestos en irregulares capas geológicas.

Un último detalle tecnológico se puede apreciar, aunque no se puede apreciar, en esta foto...

Me explico: el embudito era para recoger las gotas de agua que salían del aparato. Dichas gotas, a razón de una por minuto, caían exactamente un centímetro afuera del costado del embudito rojo, estrellándose con un “¡skchik!” en el empapado patio interior. Habrá sido difícil colocarlo, pero, por otro lado, también puede decirse que fue absolutamente inútil.

Salimos a comprar un adaptador para nuestras máquinas de 220W a la corriente de 110... Con muy poca psicología, hago pasar a Maribel por la calle mas sucia, ruidosa y llena de basuras, aguas estancadas llenas de una espuma sospechosa (espero que, al menos, sea detergente), gente y perros flacos que se puedan imaginar. Es una calle “peatonal” y en su eje, se han instalado multitud de puestitos de comida. Los que no mueran de esto, tienen la supervivencia asegurada, dese luego. Es la explosión de la “otra” Cartagena, la no turística, la de los “otros” colombianos, donde viven conviven y sobreviven multitud de seres extraños, que cuando los ves fuera de ese habitat reconoces como personas encantadoras, simpáticas, amable, serviciales, pero que cuando les ves en ese submundo, no puedes mas que sentir angustia frente a lo que te imaginas una vida durísima, compitiendo por nada, luchando por miserias y que no dejan de provocarte cierta inquietud, como le sucedía a la abuela del Marqués de Villallonga: “El día en que estos digan basta...” No puedo evitar sentirme europeo y parte de un continente que ha explotado hasta lo indecible la existencia de estos pueblos, y que ahora vive aún de las sobras de lo que robó. Luego, por supuesto, creó escuela entre los propios explotados y, tal como en la tan brillantemente nacida y tan atrozmente destrozada Liberia, se demostró que no hay peor amo que un esclavo con un látigo en la mano.

Reencuentro los viejos conocidos, los escribas con sus Remington y Olivettis de los años 60, escribiendo cartas y formularios al pie de los ministerios y sentaditos en un cajón y ante una mesa desvencijadísima que se traen de sus casas mas una silla para el cliente.


Otra calle con cajoncitos es la de los relojeros. Son diez o doce, uno al ladito del otro que reparan todo tipo de máquinas del tiempo, excepto la que parece haberlos inmovilizado en los años 50. El cajoncito con el señor de las Luxaciones, está, pero no llego a ver al forzudo caballero del 2007, que me hacía pensar más en un generador de traumas óseomusculares que en un sanador de los mismos. Lo que mas abunda: puestos de libros. Muuuchos, muchísimos, con libros usados, algunos interesantes, pero los menos. Otros especializados en literaturas religiosas, otros en libros de colegio: todos pintaditos con carteles preciosos a pincel sobre las maderas de muy diversa procedencia, clase y color, pero organizadas y clavadas en forma de caseta, con candado y todo y algunas de ellas con cierto arte, debo decir. Y todos organizados por zonas comerciales. Nada de mezclas. Libros con libros, luxaciones con luxaciones, comida con comida.



En resumen, un aire de zoco árabe, o mercado hindú, o brasileño, con mil vendedores voceando en el calor sofocante sus bollos, arepas, pilas, llamadas a celulares, jugos (gran variedad y cantidad), etc... Para mi, denota un gran espíritu de iniciativa empresarial, que quieren que les diga: son seres sin patrón, que salen de sus casas a las 4 o 5 de la mañana con sus cajoncitos al hombro y se pasan el dia tratando de vender las cosas que ellos mismos han cocinado la noche anterior o han comprado a su mayorista. Y así viven. Mas adelante contaré mas de esta gente...

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Luego pasamos 100 mts de galerías comerciales y ya estamos en la Ciudad Vieja, nuestra Cartagena de Indias maravillosa, llena de pequeñas calles coloniales, con sus balcones de madera, las buganvilias que cruzan de vereda a vereda y de balcón a balcón, enredadas en los cables telefónicos o de electricidad, llena de palacetes coloniales reconvertidos en espacios preciosos, con sus jardines moriscos (un andaluz fue virrey-alcalde de Cartagena durante muchos años) compitiendo en vegetación, donde los arbustitos de Europa se transforman en árboles inmensos, sus piscinitas con cascadas rumorosas, sus sillas en las sombra para que la gente se relaje, se refresque y viva su paz, mientras miran a quienes pasan por la calle y a su vez son mirados. Es curiosa la tranquilidad con que la gente vive hacia afuera, es decir: pasas por las casas, totalmente abiertas y ves sus salas de estar, sus comedores, sus televisiones (aunque no hay demasiadas, creo que más por hastío o buen gusto que por otra cosa)... básicamente sillas y mecedoras mirando hacia afuera y los comedores con la familia adentro y puertas y ventanas abiertas a las estrechas calles.



Encontramos un hotelito mejor, una casa colonial (no se puede construir en Cartagena de Indias, declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad. Todo tiene al menos 100 años en la Ciudad Vieja) con su patio


y su jardín feraz de palmeras y plantas de anchas hojas, sobre las que la lluvia se deja oír por las tardes, dejando una sinfonía de tranquilidad que nos arroja a las siestas mas maravillosas y largas (llegan a durar un día entero) de nuestra vida, y su pequeña piscina con agua rumorosa, sus habitaciones con aire acondicionado y sus mosquitos, que atacan ferozmente los pies de los extranjeros (con Maribel contamos hasta 10 picaduras en cada pié (o sea, 40), sin tomar en cuenta las de piernas, tobillos, codos, cuellos, etc...) Bañarse en repelente es la solución. Son mosquitos que no hacen ruido, vuelan a ras del suelo... Creo que ha nacido una nueva raza de mosquitos, dado que también los encontré en Barcelona: no zumban, vuelan bajo, pero nos urtican desesperadamente. A ver si siguen con su evolución Darwiniana y conseguimos que nos piquen sin dejarnos ronchas y ardores, que a nadie le molesta donar una gotita de sangre para esas pobres bestias del Señor, pero les falla el servicio de R.R.P.P. Deberían hacer como los bancos, que te chupan la sangre, pero con una sonrisa y haciéndote sentir que eres una buena persona que sabe perfecta y maduramente cumplir con sus obligaciones...





BOGOTÁ Y LOS PRIMEROS CUENTAPROPISTAS

 AEROPUERTO DE EL DORADO – BOGOTÁ:

El aeropuerto de Bogotá es pequeño, pero ya desde allí comienzas a acostumbrarte al exceso de mano de obra cuentapropista o no: gente que te ofrece llevarte las maletas, que venden cosas, que te preguntan, con mucha amabilidad, si necesitas un taxi... Al salir, unos diez o quince hombres muy bien trajeados y encorbatados, de próspera apariencia, te preguntan si ya tienes hotel y te loan las maravillas del que ellos representan. Y cuando llegas al hotel un ejército de botones se abalanza sobre el coche, te llevan las maletas, me quitan la guitarra de la espalda y se la cargan y nos acompañan hasta las habitaciones. Para todo envian al botones, puesto muy codiciado por los demás empleados del hotel, dado que es el que mas propinas recibe. La conductora del coche que el hotel envia a buscarnos, es enfermera pero se ha quedado sin trabajo y vive de esto desde hace algun tiempo. Nos confirma amablemente que tiene un salario muy mínimo y que también “redondea” con las propinas. Bien. Entiendo la indirecta y deduzco (un “deduzco” debería ser un dedo pequeño y despreciable)... deduzco, decía que hay exceso de mano de obra y muy barata. Eso se confirma cuando por las calles ves la cantidad de gente que vive de vender mínimas cositas, como golosinas o llamadas de “celulares” (móviles) a 0,05€, y los carritos toscamente construidos en madera que anuncian, en carteles pintados a pincel con pintura celeste una “Atención Esmerada a nuestros Distinguidos Clientes, reparando toda serie de Relojes, Anteojos (gafas), adornos Personales, etc”. Se puede hablar de las angustias de una situación económica dificilísima, lo que es absolutamente cierto. Pero hay otra vertiente del mismo hecho y me encanta rescatarla: el optimismo florece y me encanta...  
Los colombianos, si tienen problemas,se lanzan a inventar lo que sea para poder sobrevivir, haciendo cosas por su propia cuenta (cuentapropistas), sin jefe ni patrón, y a ganarse la vida como mejor puedan. Y no se crean que es sencillo: imagínense ustedes, con graves dificultades económicas, con dinero apenas para comer, saliendo de casa a las 4 de la mañana para comprar, por ejemplo, naranjas en el mercado, y luego recorriendo las calles para tratar de venderlas y recoger el ínfimo beneficio que les puede dejar esto. Y así, cada día. ¡Y encima, sonriendo¡ Y ahora no hablo del problema social y sus causas, sino de la disposición psicológica de cada uno, de la fortaleza personal y el optimismo vital que refleja. Porque el que vende, lo hace con un entusiasmo increíble.  Hablaré mas de esto, desde luego...

Pasamos solamente una noche allí, en un hotel con muy hermosos cuadros, y con una habitación con una ventana preciosa, cubierta con una cortina, y que da... al pasillo. Por supuesto, en cuanto descorres la cortina todos los que pasan, te ven. Y da igual descorrerla, porque el pasillo es interior y no hay luz de día. Raro.

A la mañana siguiente, tras escuchar por la tele que estan evacuando gente porque esta por erupcionar (bueno, entrar en erupción: si se dice eructar, ¿por qué no se ha de poder decir “erupcionar”? ¿Algún “letra” de la R.A.E. de la Lengua me lo puede explicar?) (¿Y por qué “entrar” en erupción y no “romper”, por ejemplo, que sería mucho más bonito?)... Vaya, ya me fui por las ramas. Es una tendencia mía que no consigo desgajar de mi, ni siquiera desde que leí que era un típico rasgo esquizoide, pero en mi caso no creo que sea por eso, sino por un exceso de intereses en mi poco desarrollado cerebrín... Bueno, Me he vuelto a ir por las ramas... ¡Qué rabia!. Retomo.

O sea: a la mañana siguiente, tras escuchar por la tele que estan evacuando gente porque esta por “romper en erupción” un volcán (el “Galera”) nos dirigimos raudos a tomar el avion porque dada nuestra ignorancia de la geografia colombiana, no acabamos de recordar si está muy cerca o muy lejos de Bogotá y no querría verme envuelto en una partida-evacuación como la de la embajada de los USA en Vietnam cuando perdieron la guerra contra un pueblo de campesinos pobrísimos, organizados y valientes. Por cierto, conozco un restaurante vietnamita en Barcelona que tiene impresos en sus vidrio los túneles del pueblo de sus fundadores, con sus escuelas subterráneas y su entrada subacuática. Emocionante.

Y partimos volando hacia Cartagena.

3ª Gira - 2010 - BARRANQUILLA – CARTAGENA

FESTIVAL CARIBE CUENTA - 2010
APUNTES DEL VIAJE

Tras 3 años de no pisar Colombia, vuelvo con mucha ilusión y con Maribel a quien, aparte de sus funciones dentro del espectáculo que desempeña como siempre con precisión y cordura, querría introducir en el conocimiento y disfrute del carácter latino, tan evidente en esta Colombia y especialmente en la zona caribeña.

Hay que visitar América Latina para darse cuenta que Europa es un continente anciano, con valores individualistas pero entendida esta nobilísima palabra en su más salvajemente capitalista sentido, y en donde la ilusión de vivir ganando cada vez más para poder pagarnos los mejores médicos cuando seamos mayores, no parece ser una razón demasiado intensa para hacernos vivir. América Latina es otra cosa: si no está Ud. dispuesto a intentar comprender este punto de vista, no siga leyendo... No le va a gustar.


ALGUNAS INTRODUCCIONES A LO CARIBEÑO (y a su público):

El primer problema que se nos planteaba era el del calor. Salir del avión en la costa es aparecer sumergido en una sopa espesa, cálida y húmeda. En dos dias, te habitúas y consideras buen tiempo a aquel en el que a la sombra, no sudas demasiado. Tu cuerpo se acomoda y la paz y la tranquilidad del devenir de los días, te va ganando.

Llueve cada día. O una pequeña lluvia o un aguacero feroz, pero no dura mas de media hora, en ocasiones, dos veces al día. Tras los primeros días, ya abandona tu boca la frase: ¡qué calor!, porque te sientes tonto diciendo algo tan obvio. Y además, porque ya no lo percibes: tu cuerpo esta inmerso en un medio a su misma temperatura o más (al sol) y humedad y se siente navegando en aguas fáciles y conocidas.

Como cada día estoy mas catalán, le pregunté a Simón, amigo que me salvó de mil problemas informáticos, como era que podía la gente “ennoviarse” en el Caribe, con el calor que hace. La piel no parece reclamar con demasiada intensidad un cálido contacto. Cuando uno llega, imagina que se deben apaciguar sus gritos de protesta por su soledad dérmica (o necesidad de una caricia), o bien que se nos taponan los oídos y ya no oyen ese crujir subterráneo que reclama la sensualidad del contacto. Simón se rió, y simplemente me miró. Me dejó muy claro que la fuerza instintiva del ser humano, es capaz de vencer todos los obstáculos. Así como los esquimales han amado y procreado a través de las gruesas pieles de foca y las grasas del mismo animal con que se untaban la piel para no tener frio, los caribeños se entregan con pasión a sus pasiones, faltaría más. Luego me di cuenta que es cuestión de acostumbrarse, que nada se pierde por completo, que sigue todo en su lugar y la vida es igual e intensamente bella, con calores o sudores. La piel está mas viva que nunca.

También veo a los caribeños bailar inacabablemente, con las mejillas pegadas y abrazados en contoneos sinusoidales maravillosos, moviéndose como peces, como esos bancos de peces que giran, avanzan y se entorbellinan como un solo cuerpo, pero es un banco de dos. Con sus pies en perfecta formación quasi militar, el de él junto al de ella, con una armonía indescriptible. La cara sudorosa, solo refleja concentración o sonrisa, la alegría de vivir el cuerpo, como los niños o cualquier animal (que lo somos) cuando los “sueltas” en la playa o en un espacio libre.


   El baile es omnipresente, los cuerpos ondulan y se mueven sin vergüenza ni timidez alguna, al mas mínimo asomo de posibilidad... Debe ser por eso que, como público, los colombianos son incomparables. O sea, se les puede comparar, pero solo para denigrar a otros maravillosos y queridos públicos. Ninguno (entiéndase bien: ninguno) en mi larga experiencia (y contrastando datos con Boni Ofogo, el príncipe camerunés que se los conoce todos) puede ser tan sutil, inteligente, lleno de humor, participativo, empático y simpático. Todo lo que digo se entiende, toda sutileza se ríe, toda dificultad de comunicación desaparece: es siempre una fiesta. Siempre. Los niños pequeños deletrean cantando Constantinopla, (ceoeneeseteaeneteieneopeelea) ya en la mitad de la canción, cosa que no he conseguido jamás con el culto público europeo. Y cuando hacia el final, pido que canten solo los grandes, para avergonzarlos ante los niños, los grandes cantan perfectamente y se balancean y se rien como niños, felices de haber superado la prueba. Se lo escriben en la mano para poderlo deletrear.

En general, en las canciones, la gente solo escucha la musiquita, aplaude el ritmo y logra retener breves frases en la cabeza... El público colombiano sigue la letra de las canciones. A la primera, entienden toooda la historia de la canción y la disfrutan y la ríen “verso a verso”. O sea que aquella teórica sensación de que quien actúa está recogiendo una energía buena y sana de ansias de divertirse o de aprender o de asombrarse que surgen del publico y van hacia él y vuelven a la gente a través de él... esa sensación, es concreta, práctica, no teórica. Y yo, vivo encantado ese crecimiento dialéctico de las energías y me transformo en el escenario en un ser energético, con el cerebro limpio de obstáculos y el ánimo feliz (lo que vendría a ser lo mismo)...

Y ni lluvia ni truenos lo arredran: en esta imagen podrán ustedes comprender un poco más por qué amo yo al público colombiano.




2ª GIRA año 2007

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CARTAGENA.
 Abrir la puerta del avión y dar el primer paso en el Caribe colombiano, es llenarse los pulmones de una especie de sopa de agua caliente que te llega hasta los alvéolos y los reconforta del frío de Bogotá. Hemos bajado 2.600 mts y estamos a nivel del mar, en  una ciudad caótica, sin leyes de transito, llena de taxis amarillos, que utilizan su claxon para: avisar a una gente que podrían ser clientes que ellos están allí, avisar a una moto que están por pasar, avisar al de adelante que cinco coches mas allá se encendió la luz verde, avisar a una negra bellísima que ellos están pasando por allí y que por favor, les regale una mirada, saludar a sus amigos, anunciar que van a girar en "u" en el cruce de dos avenidas bastante transitadas,etc, etc. De resultas de lo cual, hay un incesante piar de bocinacitos cortos en la ciudad. Muchas, muchísimas motos, habitadas por personas de todos los colores de la gama del negro prieto al blanco caribeño (nunca llega a ser un blanco inglés, por ejemplo )

Ciudad amurallada, fuerte inexpugnable (solo fue rendido una vez, creo que por sir Francis Drake) donde fui a actuar hoy sábado a las diez de la mañana, en una especie de museo que tienen, Casitas de colores, calles empedradas: una verdadera ciudad del 1700, con la gente bullanguera y divertida, vestida como se le da la gana. He visto cosas que hace años no veía: Uns fila de “escribas” con un banquito y un cajoncito donde tienen antiquísimas Rémington u Olivettis (sí, sí! máquinas de escribir) con las que rellenan diversos formularios por 2000 pesos cada uno (1€). Llenísima la calle de puesteros con frutas, de todos tipos y colores, (organizados en bloques. Todos están juntos) flores, ostrerias, librerías (con nombres tales como “Dios es la Verdad”, o “Librería Pepe”), pero en las que pueden caber unos cincuenta libros. Cada cual vende eso. Otro cajoncito, frente al hotel, que pone. Don Pepe: Luxaciones”. Imaginé que uno podría ir a pedirle que le luxe un brazo cuando no quiere dar un examen, pero no. Se ve que los cura (aunque tenia mas pinta de producirlos, a fuer de verdad).
 Palomas casi todas negras. Unas pocas mas claritas, pero casi todas negras. …curioso, no?. Gente gritando. Caos caribeño, agradable.

El hotel habrá alcanzado su apogeo en los años cincuenta y, como ustedes son personas inteligentes, saben que el inicio del apogeo es el comienzo de la decadencia. O sea que está decayendo desde hace otros cincuenta años. Al ir la ducha, compruebo como la lógica impera y no hay agua caliente… (pa’qué?) Pero cuando me decido a lavar mis calcetines y otras ropas interiores, pensando que con este calor se me secará en minutos, veo que en el lavamanos hay dos grifos: uno de fría y otro de caliente. Pruebo uno.. Debe ser la fría. Abro el otro: sale tibiecita y luego bastante caliente. Lavo feliz con el agua caliente. Luego abro la fría y esta a la misma temperatura. Me agacho y noto que, efectivamente, hay un único caño de agua. Es la temperatura a que viene tras su paseo por las cañerías de la ciudad. La primera estaba fría  por eso! era la primerita!

En Colombia, solo 2 de cada mayores de 65 años reciben pensión. El presidente Uribe, tras la firma del Tratado de libre comercio con los EEUU, curiosamente, ha decidido privatizar la seguridad social, y todos tienen la o-bli-ga-ción de sacarse un seguro particular. No hay oficial. Si uno no podía permitírselo… Bueno, pues, a pedir…! Quien le manda formar parte del 80% de pobres. Si él podría haber sido parte del 20% de gente que “está bien”. Claro que entonces, otro debería haber descendido, pues ya se ocupaba su lugar. Y es así. Siempre ha de haber un porcentaje de gente pobre, si no se toman las medidas para evitarlo. Y siempre habrá quien soluciones el problema diciendo que mucha gente ha trascendido esa situación. Y los que quedan? que se jodan! Y los que caen? ¡Qué se jodan!
LA RELIGIÓN EN AMÉRICA:


Me extraña que en un país con separación de poderes, se permita que una directora de una escuela pública haga rezar y catequice a los niños cada vez que les habla. Es verdad que la religion aquí tiene otras connotaciones que en Europa y especialmente en España, aunque el espíritu de la mayoría de sus jerarcas, es el mismo. La Iglesia franquista, denunciadora, inquisitorial y fusiladora ha dejado demasiado dolor y rencor en las almas de sus ya infieles. La iglesia en América, tiene otras significaciones, dado que, aparte de las jerarquías, siempre vaticanistas, verticalistas, ligadas a las clases altas y favorecedoras de la explotación y el mantenimiento del “orden” establecido mediante el terror y el asesinato, también justifica su existencia en algunos buenos cristianos que hacen cosas por la parte mas desesperada de este pueblo, humillado y explotado por sus caciquejos racistas y soberbios hasta los límites de la indignidad humana. Es gracias a ellos que la gente no odia la Iglesia.

Pero también es verdad que han ganado muchísima fuerza (y tengo entendido que son mayoritarias) las no-católicas. Por doquier se alzan templos “Cristianos” con muy diversas denominaciones (hay un estudio que habla de 30.000 sectas o iglesias diferentes en América Latina). Siguen la tradición protestante y son cristianos. Estan presentes en todos los miserables carritos de madera pintados a mano (Confío en Cristo, Dios esta presente y 1000 leyendas por el estilo) en los camiones y autobuses y en enormes “templos-galpones” en toda la geografia. El sincretismo llega también aquí y la gente no parece ser demasiado “sectaria” y se toleran y respetan todos los cristianos, como buenos idems. Lo importante, especialmente para la gran masa proletaria, es creer...



¿PROLETARIOS?

Y si digo “proletaria”, es en el exacto sentido del término: la gente que “sólo tiene a su prole como riqueza”. Es de lo único que son propietarios. De su trabajo y el de sus hijos. No tienen nada mas, y viven trabajando duramente para poder sobrevivir y seguir trabajando duramente hasta que no les quede mas remedio que morirse, porque no han tenido ninguna cobertura del estado, y no me hagan reir hablando de la jubilación. Porque pueden haber formado parte de la legión enorme de vendedores ambulantes en todas las calles y carreteras del país. O haber trabajado por la propina en grandes establecimientos, recibiendo solamente “seguro médico” y la camiseta del “patrón”, obligatoria. O haber sido campesinos.


NEOLIBERALISMO SALVAJE:

Desde 1991 Los Fondos de Pensiones y Cesantías son privados. Como los manejan “expertos financieros”, así se asegura beneficio para los beneficiarios. Las pensiones son “Voluntarias”, para “permitir” al ciudadano “elegir” la mejor opción. Los trabajadores independientes “deben ahorrar” en dichos fondos, para poder tener su pension en el futuro. “El afiliado puede elegir libremente en qué alternativas quiere invertir su dinero, de acuerdo a sus necesidades, a su perfil de riesgo y a las condiciones del mercado”.

Todas estas tendenciosas palabrillas neoliberales embellecen otras realidades que son:

El Estado no protege a los ciudadanos. Aquellos grupos financieros que el Estado haya autorizado (¿No serán amigos?) reciben graciosamente millones de dólares que obligatoriamente todos los asalariados del país les han de facilitar, para que ellos especulen y lucren, aumentando el sistema de terror financiero en el que estamos metidos, que SIEMPRE se salva con dinero público. Los ciudadanos en manos de los grupos financieros, obligados a tener una cuenta bancaria y a contribuir: no al Estado, para que lo redistribuya en obras, sino a estos grupúsculos “dirigidos por expertos” en especular.


¡Mira! ¡Otro cuentapropista que querría aprovecharse del Estado!
¡Qué se ha creído!¡Que ahorre para pagarse la jubilación, que la
venta en triciclo es un negocio buenísimo!!
¡¡Así aprenderan a ser serios!!.
¿Y el que es independiente? Se la paga él. Tiene que ahorrar. Es bueno “para él”.

Ahora: si da la mala suerte de que el ciudadano es uno de los millones de vendedores callejeros, o de los millones de campesinos que trabajan por una casa sin luz ni agua ni puertas y 5 euros al día... ¿Qué cojones van a ahorrar? ¿Si no pueden ni enviar a sus hijos al colegio, ni comer todos los días, ni tomar un autobus (el transporte es caro) ni enfermarse porque esos días tienen que poner a alguien a trabajar en su lugar y pagarlo ellos?

Bueno, así tenemos asegurado el trabajo esclavo de hoy, en NADA diferente al del 1600. Los negros siguen teniendo prohibidos algunos sitios de los blancos, no ocupan puestos de poder, no han podido ni pueden estudiar porque trabajan desde los 6 o 7 años. Los indios igual, aunque parecería que menos (merece todo esto un estudio mas detallado, yo doy solo mi visión de viajero).

“Ellos” tienen que dar parte de sus miserias a un grupo financiero para que pueda especular y les diga que “el afiliado al Fondo de Pensiones, puede elegir libremente en qué alternativas quiere invertir su dinero, de acuerdo a sus necesidades, a su perfil de riesgo y a las condiciones del mercado”. ¿Qué entiende de esto un proletario? ¿Para qué le sirve?

Pido perdón por vehementizarme, pero me enciende ver la injusticia estúpida y arrogante de las clases “altas”, enanas en dignidad humana, pero muy católicas y moralistas en todo lo que atañe a los otros.

PROLETARIOS CUENTAPROPISTAS:

En el supermercado, siempre hay un chico o una chica que coloca en bolsas la compra. Nosotros agradecemos y nos vamos. Un dia, compramos mucho y Maribel pregunta ¿nos podemos llevar el carrito? (estamos a 4 cuadras). La de la caja le dice: no, eso es lo que hace la chica que les está guardando las bolsas. Nos acompaña y charlamos. El supermercado le da dos camisetas “reglamentarias” y un seguro médico (¡menos mal!) No le paga nada. Ella vive de las propinas y dice que saca “bien”. Tendrá que hacer “aportación voluntaria” de sus propinas al grupo financiero que ella elija, para poder tener una jubilación.

Los autobuses tienen TODOS un señor que viaja colgado de la puerta y que ofrece el servicio a gritos a todos los viandantes, haciendo que el bus se detenga en medio de la calle para que nos grite: ¡Plaza bolívar, Getsemaní, Terminal!, invitándonos a subir con pasión y convicción, como si nos ofreciera un paseo por Disneylandia. ¿Cuánto ganará? (ya sé que esto lo escribí antes, pero me gusta la idea, vale?)

Lo mismo sucede cuando caminas por una calle: los “atraedores” de clientes te asaltan, siempre con mucha clase y amabilidad, pero con cierta insistecia que al final se te hace pesada: el centro de Cartagena esta lleno de seres que te informan que puedes entrar gratis a sus establecimientos. (***)

Aquí una reflexión. Tras algunas aventuras que hemos vivido, y al conocer mas de cerca el desnivel social y la soberbia de la clase dominante, esta proverbial amabilidad se nos comienza a teñir un poco de sumisión y servilismo. Es como si quisieran hacerte sentir un “amo feliz”, tuvieran el miedo metido en los huesos, si tuvieran que asegurar que el otro se siente muy correctamente tratado, como si fuera un superior. Jamás falta dignidad en ellos. Nunca. Pero a veces, un poquito, me sobra una cierta conciencia de la jerarquía. A lo mejor ya me he vuelto muy nihilista o ácrata o caótico o libertario... Pero lo siento así.

Y me da la sensación de que eso se debe aprender en un par de situaciones de abuso de superioridad, y debe ser la “educación” que reciben muchos... Sé que puede sonar un poco desagradable lo que digo y me disculpo si a alguien le molesta, pero... es sólo despues de conocer la situación en que vive mucha gente y ver funcionar a los poderosos de aquí que me comienza a chocar esta actitud...

OceaMía, o sea: mía Drama Erótico-Político

Aunque parezca increíble, es por esto que vine a Colombia...
Aquí, un fragmento de mi actuación en el Teatro de Barranquilla...

Una gringa que vino
de Oceanía...
para ser mía,
O sea mía.

LA GENTE DEL FESTIVAL:

Manu Y Zoila
El grupo humano del Festival: como siempre, precioso, perfecto, humanista, emocional, alegre y amigo. Tanto los responsables del Festival, (Los bellísimos Manuel Sánchez y Zoila Sotomayor, en la foto) trabajando con una seriedad inmensa y sonriente (ojalá todos pudieran ser así) como los compañeros son una fiesta para el alma, y sin olvidar a los restantes colaboradores del Festival, incluida la familia de Manu y Zoila.

Valeria & Simon

Manu Sanchez, Boni Ofogo y yo,
que como de costumbre -diría mi madre-
salgo haciendo alguna tontería
 Una vez mas reveo a Boniface Ofogo, nuestro príncipe africano de los yambassa, vejado en varios aeropuertos por las autoridades pertinentes, a ver si adivinan porqué. Boni es un ser tan digno, alegre y serio, que me indigna que lo separen, lo investiguen, le hagan radiografías para ver que lleva en su cuerpo y le nieguen la visa de entrada ¡al Brasil! y lo reembarquen en el avión y lo vuelvan a hacer volar a Europa y, con el escándalo diplomático que se monta, lo vuelvan a llevar a Brasil y le pidan diculpas... Me indigna que estemos en manos de ignorantes que se atribuyan el derecho de acciones policiales sobre personas tan profundamente serias y buenas.

Boni me cuenta la historia de la creación de Burkina Faso (País de los Hombres Dignos) y la triste suerte de su fundador, Tomás Sankara (¡Cómo podía sobrevivir a la infame codicia de los capitalistas blancos un hombre que funda un país con ese nombre! Los colonialistas franceses no tienen ninguna crueldad que envidiar a los ingleses, desde luego)


Luis Felipr Rodríguez BACHILLER!!
Ya contaré mas historias de este hombre.
Hay cinco “cuenteros regionales” como les llaman a veces: Reinaldo Ruiz (el Rey), Marelvis Berrío y Carmelo Portacio (dos personajes tiernísmos), Eduardo Guerrero (“decimero”) y Luis Felipe Rodríguez, que hace “cantos de negro”, conservando la tradición y contando la historia de los africanos arrastrados a este continente y sometidos a la esclavitud, y me pone en contacto con una bellísima hstoria de independencia y libertad que yo no conocía: la de los palenques, y especialmente, el Palenque San Basilio: fortalezas de palos armadas en las ciénagas y montañas suficientemente alejadas de Cartagena como para que en el 1600 se fugaran los negros de la esclavitud y mantuvieran durante mas de un siglo, un pueblo libre a donde iban a refugiarse los esclavos fugitivos de Cartagena, fundando un pueblo guerrero y con su lengua propia: mas que un pueblo, ya era un país. Tuvieron el reconocimiento y tregua de la Corona Española y pudieron vivir libremente. No sin que antes los cristianos españoles hubieran apresado a traición, en plena tregua a su líder, Benkos Biohó, y lo hubieran decapitado y descuartizado porque tenía “demasiado ascendiente” entre los de su grupo. El tema de este hombre me impresiona y me interesa mucho. Quizás trabaje algo sobre esto en el futuro...

Eduardo Guerrero, improvisador de los de “encuentros” o “peleas”, (lo que los argentinos conocemos como "payadas") que es capaz de estarse improvisando en décimas perfectas durante horas (o sea: podría “improvisar” el Martín Fierro, enterito), me encuentra una rima forzada en una canción que canto y me sugiere inmediatamente otra opción. Sabe de poesías e improvisadores y del siglo de Oro español mas que nadie. Me impresiona este ex-pescador.

Por cierto, me deja también una impresión curiosa cuando me cuenta su vida de pescador en el rio Magdalena: primero me narra encuentros con yacarés (cocodrilo americano), asesora que no hay que hacerles caso nunca (un hombre no es un buen bocado: es demasiado grande), pero que te hace sentir “una gran intranqulidad” vértelos frente a frente, cosa que cuando uno bucea en un río de aguas semiturbias, puede ser habitual. Me cuenta que él, como pescador, ganaba mas del doble que su padre, que era operador de radiotelegrafía, un puesto bien pagado en el campo. Pero que luego tuvo que dejar porque se acabaron los peces. Afirma que el hombre destruye todo, que es un gran depredador y que está acabando con la naturaleza. Pero no llego a preguntarle si se siente parte, como pescador que ganaba buen dinero, de ese grupo devastador. A lo mejor él tiene otras causas para explicar la desaparición de los peces (contaminación, etc) y que justifiquen su afirmación. Me quedo con las ganas de saber si es eso o una de las habituales “zonas ciegas” de nuestra percepción, especialmente, cuando se refiere a nosotros mismos. Queda el interrogante que, por falta de ocasión, no llegue a plantearle directamente..

En resumen: los encuentros internacionales en esta ocasión me ponen frente a las luchas de los africanos por su libertad, por defender sus culturas, que son sus esencias y por defender su dignidad, que es la base de la personalidad y de la alegría verdadera, en mil lugares diferentes, y en mil batallas distintas. Ese trabajo no se acabó, desde luego. Faltan decenios hasta que pueda ser comprendido por todos y modificado.

ETAPA I: BOGOTÁ

Martes 30 de julio
Al partir de Barcelona, quise ir al aeropuerto con el Aerobús, pues quiero vivir como el pueblo lo hace, cosa que quizás no habría hecho si :
1 ) Hubiera sabido… que la misma idea habían tenido todos los habitantes de Barcelona, pues había en la Plaza Catalunya unas colas tremendas (se ve que todo el mundo quiere experimentar esa misma sensación popular de los autobuses y esa orgiástica alegría de ahorrarte los 30 euros que te cuesta un taxi hasta el Aeropuerto de El Prat ) y
2 ) Hubiera sabido… el ruido horroroso que hacían las rueditas de la maleta que me prestó mi madre (las mías se perdieron en mi reciente separación)... Skuiiigñi....skuiiigññi!!!!. En las grandes y lustrosas salas de los aeropuertos españoles, de excelente acústica, eran la causa de que todo el mundo se girara a ver quien era el que les destrozaba la dentadura con semejantes vibraciones...

Partí con calma hacia Bogotá, con las subsiguientes revisiones policiales, que como no saben que he adelgazado, me obligaron a sacarme el cinturón y pasar con la guitarra y la bandeja hasta lejísimos, aguantándome los pantalones con el codo. Lo logré.

Colas horrendas, en Madrid el avión lleno como un huevo, pero bien. Como novedad, les cuento que en el timón de la cola del avión han instalado una cámara que enfoca hacia adelante, con lo que puedes ver el despegue y el aterrizaje como si estuvieras subido allí arriba. Muy interesante (aunque cuando estábamos por aterrizar, no se veía ninguna pista, pero todos nos decíamos...”¡Verás que está allí…!” “¡Sí, sí…!¡Creo que la veo... ¡No, no! ¡Es un edificio!”... y así sucesivamente.

Afortunadamente, hubo pista y aquí estoy, aterrizado y bien...

Me tocó de compañero de asiento un hombre encantador, un cantante de ópera, experto en "Carmina Burana" entre otras muchas cosas, barítono internacional y con el cual no paramos de reírnos y silbar Mozart a dúo en el avión. Creo que es una excelentísima persona y, desde luego, divertidísimo... Se llama Lluis Sintes (catalán, mallorquín) y solo de hablar con él dos minutos te das cuenta de que es un excelente artista (no en vano he sido manager durante años). Luego, visitando su Web y su currículum, lo he reconfirmado... Y así también reconfirmo mi idea de que hay excelentes personas que pueden no ser excelentes artistas, desde luego... Pero en toda mi vida, casi no he encontrado excelentes artistas que no sean también excelentes personas.
Llegada perfecta. Me esta esperando Sandra Barrera, la Directora del Festival Abrapalabra y me lleva directamente al Hotel, al cual ya habían llegado mi amiga Helena Agramunt con Gualba, su hija-técnica-asistente, que desempeñaba todos esos cargos con la celeridad, presteza y prontitud con que los puede desempeñar una hija en plena adolescencia. O sea, un día perfecto y al otro con mil peleas y enfados. Y al siguiente con una eficiencia y eficacia maravillosas. (Hago constar que el balance final fue sumamente beneficioso para la Artista-Madre!!)

El Hotel, Maravilloso... Me habían reservado una “suite-apartamento”, con cocina, salón con sillones y el dormitorio cerrado con unas rejas, aparentemente para poder dejar a tu pareja sin que se escape… No sé... Cosas de la seguridad, muy bien cuidada en Bogotá (por decirlo con ojos de turista), como en toda Colombia: policías, guardia particular con perros, fusiles inmensos como bazookas, etc., por donde vayas. Se ve que les da resultado, porque de momento se ven mas policías que ladrones. Es de agradecer…

Miércoles 31 de julioPor la mañana siguiente ya nos llevaron a radios (hice entrevistas junto con Nicolás Buenaventura, otro "cuentero" que vive en París y está por estrenar una película sobre los cuartetos de Oliver Messiaien, y con mi buena y polimultifacética amiga Helena Agramunt). Luego a hacer otra entrevista en el diario "El Tiempo"... Saldrá el sábado... Mañana tengo Tunja (15º de temperatura media) pero vuelvo en el día. Pasado mañana Ibagué (12º de temperatura media) y luego, el Domingo, a Bucaramanga (23º, mejor!!)...

El cambio pesos colombianos-euros, en el sitio a donde fui, era: compra a 2000 Venta a 2430... Bastante diferencia, n'est-ce pas?. (Luego encontré cambios mejores)

Bien. Presto a estrenar mi "Escucha Imbécil!" a ver que tal reaccionan los Colombianos. En el fondo de mi corazón, como sé que son muy buenos, creo que me tratarán bien...

Jueves 1º de Agosto
Empieza la movida. Me despiertan a las cinco de la mañana y a las seis estoy en la Cadena Caracol, una cadena nacional, para hacer un programa de mucha audiencia: "Día a Día". Reportaje y canto "Cuento para mi hijo"... Les gusta y paso anuncio de la actuación del sábado en el Astor Plaza de Bogotá. Luego vamos a entrevista para un noticiero de otra cadena que ya no me acuerdo cual era… Me la hacen en un parque (FOTO) . Luego, a una radio, programa Juvenil de música. Canto "Siempre Solo" ( Canción del Pene) y me tienen media hora continua de entrevista (cosa que me comentan que no es nada común que sean tan largas , pero como todos nos reímos mucho, seguramente les daba pena cortarla) . Luego vamos a otra cadena de tele y otras noticias en otro parque, y luego al Hotel, recoger las cosas para la actuación, comer un sandwich y…

Partimos hacia Tunja, tres horas en automóvil por hermosísimas montañas, y pasamos de los 15 º y 1.600 mts de Bogotá a los 9º y 2.800 mts de Tunja. Aquí, cambias de ciudad y cambias de altura y de estación. Invierno y verano son casi iguales, dada la proximidad con la línea del ecuador… Lo que define las estaciones es la ciudad y la altura... Me agarró un poquito el "sorocho", que no es ninguna pornografía, sino el “mal de las alturas” y la falta de oxígeno).

La actuación fue fantástica. el teatro lleno, no pudieron poner las luces porque no se que problema de fases había, asñi que trabajamos con unos cuarzos de esos de iluminar estatuas enlas plazas, `pero así y todo, la gente reaccionó muy bien. Mucho estudiante en el público. Compartí función con Christian Atanasius, un artista alemán buenísimo, excelente, que tiene un tipo de espectáculo con alguna semejanza con el mío, al menos, con tantos juegos de palabras o muchos más que yo, muy inteligente, y enormemente cómico...

Terminamos a las nueve y media, las monjitas de una Casa de Caridad donde nos habían "alojado" al llegar, para que pudiéramos descansar aunque fuera media hora, nos dieron una típica cena monjil… todo “sanito” y “cuidadito”. (Arroz blanco en una bandejita, pancito, agüita, porotos (frijoles), un tomate y un trocito de pechuga de alguien que espero que fuera un pollo). Volvemos con el coche y llegamos a Bogotá a la una y media de la mañana, después de una jornada comenzada a las seis y media con actuaciones, entrevistas, viajes por las carreteras colombianas... De eso ya hablaré algo más adelante, pues a medida que recorría por segunda vez este país, pude notar otras cosas muy especiales...

TUNJA - IBAGUÉ - BOGOTÁ

Viernes 2 de Agosto


Tras el día agotador de ayer, me dormí a las dos de la mañana y, al cabo De un rato, a las 6 de la mañana, me despierto y vamos para actuar (Christian Atanasiu, Alfredo Becker, narrador y titiritero chileno y yo) en "Día a Día", el programa en que ya habia cantado ayer. Pero...

Pero se ve que los viernes siempre hacen una serie de entretenimientos por la mañana, invitando a actores, actrices, etc., y la gente lo sigue mucho. Esos juegos de TV que todos ustedes conocen... Sí, sí... el baile de la silla también... Esperen que les cuento...

Todo esto significa que a las siete y cuarto de la mañana, con cuatro horas de sueño, estaba intentando emular (y bien mular!!) con una actriz colombiana los pasos de la rumba de un par de bailarines profesionales (con pasada de la chica por encima de mi espalda y todo) que habían salido antes que nosotros, para darnos un ejemplo de lo que había que hacer. Yo soy bastante voluntarioso, y, si se trataba de luchar por el éxito del Festival, pues... que contaran conmigo!. Cogí sonriente a la actriz que me había tocado en suerte (yo a ella, debo haberle tocado en desgracia) y me lancé desenfrenadamente a improvisar un mambo frenético (como diría Sebastián) con ella, incluyendo el hacerla pasar por sobre mi pobre y esclerótica espalda e intentar romper su columna vertebral curvándola hacia el suelo hasta que casi su cabeza se golpeara con el suelo, pero manteniendo su cintura fuertemente engarfiada por mis dedos.

Algo así, pero más doblada...

Dada mi natural disposición para el baile (esto es irónico aclaro) ganamos el primer puesto. Luego hubo mas cosas muy ingeniosas, como que la actriz me tenía que pasar una pelota de golf subiéndola por la pernera izquierda de mi pantalón (por dentro, claro) y bajarla por la derecha. Ganamos, porque creo que ella intentó pasar el mal trago lo antes posible. Para evitar interferencias naturales, la pasó “por detrás”, todo hay que decirlo. Conseguí ser el primer expulsado en el baile de la silla, y luego hicimos unos juegos más, que por modestia prefiero no describir. En fin... Me lo tomé como para divertirme y lo conseguí. Prefiero no hacer evaluaciones artístico-ético-morales. Cosas peores veredes, por las veredas!!!.

Acabé a las 11, agotado. Luego fuimos al Hotel, donde comí un bikini (para los argentinos, no es un tapa-vergüenzas de las damas, sino un sándwich tostado), y nos metimos en un coche, para ir a Ibagué con Christian Atanasiu, con Isabel Alonso, su simpática e inteligente esposa, y quien yo pensé que era un cuentero jovencito que se llama John Ardila. Hala!! Otras tres horas de viaje por montañas hermosísimas. Bajamos a 2.200 mts. Calor.

Antes de salir de Bogotá, me dicen que se habían olvidado de avisarme que había 1000 niños en el teatro de Ibagué y que si no me importaba hacer una función. Siempre dispuesto, la haré.

VIAJES POR CARRETERA EN COLOMBIA

La carretera era de dos carriles, uno de ida y uno de vuelta, excepto en sectores donde están ensanchando y pasando a dobles carriles en cada sentido. Espero que se apuren a hacerlo, pues no se dan una idea de cómo esto mejorará, y en mucho, la economía colombiana, pues todas las ciudades están entre montañas altísimas y es muy lento, muy lento, lentísimo, el tráfico de todo. Nos pasamos las tres cuartas partes del viaje yendo a 50 kms por hora detrás de monstruosos camiones, y la otra tercera parte pasando por sobre las dobles líneas en carreteras de montaña y agarrados con las uñas al asiento de adelante, rogando que la intuición del conductor fuera la correcta, pues de la curva no se podía saber si venía alguna cosa...

Llegamos a las 16,30. De los 1000 niños que nos esperaban a las 3 de la tarde, quedaban unos 500, y fuimos corriendo a actuar. Primero , el jovencito cuentacuentos colombiano, muy bueno (luego, hablando con él me enteré que era nada menos que un abogado, especializado en defensa de indígenas y derechos humanos, de lo cual deduje que me estoy haciendo mayor, pues ya veo a los abogados como “jovencitos”…¡¡Ay, dios!) ...y luego yo, que canté algunas canciones y terminé con Constantinopla... y JURO que al final la deletreaban casi toda, cosa que muchos adultos jamás han conseguido... Dejo constancia de que los niños colombianos son bien inteligentes, de verdad...

Y luego, una horita de descanso (justas para buscar un café internet y comunicarme con los amigos), y la actuación para adultos. Por suerte, el cuerpo técnico era muy bueno y una gente muy cálida, que nos trató fenomenal, o sea que no hubo ningún problema de luces o de escenario. La actuación salió excelente, con el bellísimo Teatro Tolima (foto) lleno y muy buen éxito de los nuevos textos sobre la imbecilidad que nos rodea (el "Escucha, Imbécil" esta siendo bien aceptado. Se rían y se quedan pensando con el Curso de Darse Cuenta). Sábado 3 de Agosto

Anoche llegamos a las tres y media de la mañana, o sea que llevo dos días en que apenas duermo, me paso de dos a cuatro horas bailando y saltando en programas de tele, he hecho tres funciones y no se cuantos reportajes, cosa perfecta para presentarme este sábado en el Teatro Astor Plaza de Bogotá, con unas mil personas de público... Por suerte pude despertarme a las nueve y tuve solo una entrevista en una tele local, muy divertida, en que canté "Estas Nalgas" y hablé de la relación entre la izquierda y la derecha y me toco una presentadora muy simpática y bonita. Hoy una Sra. me paro por la calle para preguntarme que donde podía conseguir "esa canción tan bonita que había cantado el jueves en la tele" (“Cuento para mi Hijo”). Sopita para el ego. ¡Dios! ¡¡Qué diferencia con el público catalán!!El quince me sale otra actuación en Bucaramanga, para una convención de los principales periódicos de Colombia... Bien!!. Me gusta.
A las ocho, función en el Astor Plaza. Muy bien, la gente lo recibe fantástico y termino con la Canción de los Obispos, creo que por primera vez en dos años cambio el final del espectáculo y no hago el "Amar...Estimar (Amar... ¿Es timar?)". Intentamos hacer una celebración de fin de la gira en Bogotá en la "suite” de mi hotel, pero estamos todos agotados. A todo esto, aparece y me sorprende Jorge Terrén (Pujo) amigo de hace muchos años, cantante y compositor que emigró de Argentina en los 70. charlamos un poco, pues me da mucha alegría verlo, pero estamos todos agotados. Se termina lña “fiesta” enseguida, creo que por languidez de todos los presentes. Caigo rendido en la cama y a la mañana siguiente partimos hacia Bucaramanga...

Un gran abrazo genérico. Cada uno que lo reciba como le guste, que esto es un mensaje general y no voy a estar especificando grados de estrecheces abracísticas para que se enteren todos los demás, no?